miércoles, 13 de junio de 2012

"El ser"

Rendida, abandono la siquiera posibilidad de perfección;
quiero ser imperfecta de una forma que me cause satisfacción, libertad y paz,
mucha paz.

Desde que recuerdo, la culpa es un lastre que arrastro,
y que se pega como a la ropa el olor de la casa de uno.

Conozco muy bien esta costra:
cada pose,
cada gesto correcto y estudiado,
cada expectativa,
cada deber ser...
¡Maldito deber ser!
que me conduce y me pierde,
que me da comodidad y frustración,
que es claridad y confusión,
que mantiene en una pieza mi mundo exterior,
desintegrando mi mundo interior.
 
Esta cotra se descascara con cada paso de audacia;
y con cada paso me reconozco menos,
¿qué hay debajo?, ¿qué ha quedado?
¿Qué es el ser?

martes, 29 de mayo de 2012

Y...

Me madrugás y me desvelás
y en mis desvelos te sueño,
soñándote te extraño y extraño tenerte;
y cuando te tengo...
quiero ofrecerte a Dios para que te transforme
y transformándote, transformés el mundo,
y que tomés mi mundo...
lo hagás sencillo, lleno, profundo y sustancioso.

Y que el amor no se acabe,
porque en la convicción del presente
y en la ilusión del mañana,
mi corazón está sentado;
pensandote día y noche
soñando y desvelándose...

Y...

miércoles, 13 de abril de 2011

Paz


Es de noche, y el silencio me colma
la necesidad de silencio, de paz me va invadiendo.
Mi corazón está como enterrado en la playa
sintiendo la rugosa textura de la arena
y dejándose, poco a poco bañar y descubrir por las olas del mar.

Por primera vez en mucho tiempo,
por primera vez, estoy soltando el pasado,
estoy soltando el futuro
y abrazándome fuerte al ahora, respiro
confío, y creo que hasta sonrío,
siento que irradio un poquito de paz.

Con todo, como oleaje suave,
un pequeño dolor irrumpe en mi corazón de cuando en cuando;
supongo que es tu ausencia, es el vacío que has dejado,
las preguntas que mi alma se pregunta.

Con todo, un dulce confiar me embalsama los miedos,
un amor sin nombres ni etiquetas apacienta las tormentas;
dentro de mí acallaré las negras tempestades
y esperaré a que Dios me regale la luz de la mañana.

No buscaré nada, no me desesperaré por nada,
sólo viviré, caminaré, respiraré,
guardaré silencio y tendré paz.

miércoles, 5 de enero de 2011

Los caminos del viento - Eduardo Galeano

Ojalá seamos dignos de tu desesperada esperanza.
Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.
Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.
Ojalá podamos merecer que nos llamen locos, como han sido llamadas locas las Madres de Plaza de Mayo, por cometer la locura de negarnos a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.
Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.
Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo.

lunes, 25 de octubre de 2010

Discurso de Graduación

Les comparto a todas y todos mi discurso de graduación, les agradezco infinitamente. A mis compañeros se los dejo acá de recuerdo, fue un honor haber compartido mi carrera con ustedes.



Respetables autoridades universitarias, compañeras y compañeros, familiares y amigos que nos acompañan, tengo el honor de dirigirme a ustedes en representación de los graduados de las carreras de Psicología, Teología y Ciencias Jurídicas con ocasión de haber alcanzado nuestro grado académico.

Acontecimientos como éste provocan ver hacia atrás y recordar el camino recorrido. Al hacerlo, y revivir tantas experiencias de aprendizaje y crecimiento personal, tomamos conciencia de que el verdadero motivo de nuestra satisfacción no es el diploma que ahora recibimos, sino lo que estos años de estudios universitarios han forjado en nosotros: los conocimientos, el análisis crítico y la capacidad de ofrecer a los problemas soluciones creativas. De ahí que no es la obtención de un título lo que celebramos, sino el habernos convertido en seres humanos más plenos. Esta mayor plenitud no viene dada simplemente por los conocimientos y habilidades adquiridos; somos seres humanos más plenos en la medida que la formación que hemos recibido nos ha dotado de las herramientas para transformar la realidad que nos circunda y que día a día nos interpela con el sufrimiento de los más pobres, la desigualdad y la violencia. De ahí que nuestra formación, por sí sola, es vana si no es puesta al servicio de la grave responsabilidad que de ella emana: la construcción de una sociedad más justa y solidaria.

No hemos estudiado por el mero afán de erudición. La elección de nuestra carrera en el área humanística manifiesta una especial vocación de servicio; y haber elegido a la UCA para cursarla, refleja además nuestro compromiso con la liberación de los oprimidos y el cambio social; objetivos que persigue la universidad en razón de su inspiración cristiana. Es esta fe cristiana la que nos exige abordar la realidad con esperanza, sencillez, pasión por la justicia, búsqueda incesante de la verdad y entrega generosa de uno mismo. En esta vivencia nos precedieron nuestros mártires, con sus aportes a la Psicología, a la Teología, a la defensa de los derechos humanos y al mayor desarrollo de nuestro pueblo. Su legado nos exhorta a ejercer nuestra profesión con valentía e integridad, lo cual implica no sólo resistir fieles a nuestros principios ante las presiones de poderes oscuros, sino también la tenacidad de mantener día a día la excelencia en todo lo que hacemos.

El logro que hoy alcanzamos no sería realidad sin las personas que nos han dado su apoyo y acompañamiento. Por ello, en nombre de todos nosotros, deseo agradecer a aquellos que unieron su esfuerzo al nuestro colaborando económicamente para costear nuestra educación; a quienes con cariños y cuidados, haciendo tareas tan sencillas como vitales, nos facilitaron cada día el salir a estudiar. Agradecemos a nuestros profesores, que poniendo nuestra voluntad y capacidades al límite, nos mostraron el potencial que llevamos dentro. Y a quienes nos animaron a seguir adelante con palabras de aliento, regaños u oraciones. Pero especialmente agradecemos el voto de confianza depositado en nosotros, el cual retribuimos con la consecución de este grado y con la promesa de iluminar, con los saberes adquiridos, la realidad en el campo de acción que nos corresponde.

Compañeras, compañeros, quedamos hoy investidos como licenciados en Teología, Psicología y Ciencias Jurídicas. Y si bien el futuro nos depara grandes desafíos, sabemos que con temple, confianza en nosotros mismos y animados por nobles ideales podremos hacerles frente y aprovechar la adversidad como insumo para nuestro desarrollo personal y profesional. Que nuestra búsqueda del saber sea incansable, como incansable debe ser también nuestro trabajo a favor del bien común, la justicia y la paz.

A todos, muchas felicitaciones y que gocemos de abundantes éxitos.

Claudia Mercedes Ortiz


martes, 20 de octubre de 2009

Dos poemas con Corazón de Mujer

En esta oportunidad deseo compartir con ustedes dos poemas preciosos, de la nicaragüense Gioconda Belli, que reflejan en más de una dimensión el ser de nosotras, las mujeres: nuestra pasión, compromiso, nuestra belleza, nuestra esencia. Disfrútenlos y agradezco a Camila Pinaud por recordarme la existencia de estas dos exquisitas piezas de la poesía centroamericana.


Amo a los hombres y les canto.

-Gioconda Belli

Amo a los jóvenes
desafiantes jinetes del aire,
pobladores de pasillos en las Universidades,
rebeldes, inconformes, planeadores de mundos diferentes.
Amo a los obreros,
esos sudorosos gigantes morenos
que salen de madrugada a construir ciudades.
Amo a los carpinteros
que reconocen a la madera como a su mujer
y saben hacerla a su modo.

Amo a los campesinos
que no tienen más tractor que su brazo
que rompen el vientre de la tierra y la poseen.
Amo, compasiva y tristemente, a los complicados
hombres de negocios
que han convertido su hombría en una sanguinaria
máquina de sumar
y han dejado los pensamientos más profundos, los
sentimientos más nobles
por cálculos y métodos de explotación.

Amo a los poetas -bellos ángeles lanzallamas-
que inventan nuevos mundos desde la palabra
y que dan a la risa y al vino su justa y proverbial importancia.
que conocen la trascendencia de una conversación
tranquila bajo los árboles,
a esos poetas vitales que sufren las lágrimas y van
y dejan todo y mueren
para que nazcan hombres con la frente alta.

Amo a los pintores -hombres colores-
que guardan su hermosura para nuestros ojos
y a los que pintan el horror y el hambre
para que no se nos olvide.

Amo a los solitarios pensadores
los que existen más allá del amor y de la comprensión sencilla
los que se hunden en titánicas averiguaciones
y se atormentan día y noche ante lo absurdo de las respuestas.

A todos amo con un amor de mujer, de madre, de hermana,
con un amor que es más grande que yo toda,
que me supera y me envuelve como un océano
donde todo el misterio se resuelve en espuma…

Amo a las mujeres desde su piel que es la mía.
A la que se rebela y forcejea con la pluma y la voz desenvainadas,
a la que se levanta de noche a ver a su hijo que llora,
a la que llora por un niño que se ha dormido para siempre,
a la que lucha enardecida en las montañas,
a la que trabaja -mal pagada- en la ciudad,
a la que gorda y contenta canta cuando echa tortillas
en la pancita caliente del comal,
a la que camina con el peso de un ser en su vientre
enorme y fecundo.

A todas las amo y me felicito por ser de su especie.
Me felicito por estar con hombres y mujeres
aquí bajo este cielo, sobre esta tierra tropical y fértil,
ondulante y cubierta de hierba.

Me felicito por ser y por haber nacido,
por mis pulmones que me llevan y me traen el aire,
porque cuando respiro siento que el mundo todo entra en mí
y sale con algo mío,
por estos poemas que escribo y lanzo al viento
para alegría de los pájaros,
por todo lo que soy y rompe el aire a mi paso,
por las flores que se mecen en los caminos
y los pensamientos que, desenfrenados, alborotan en las cabezas,
por los llantos y las rebeliones.

Me felicito porque soy parte de una nueva época
porque he comprendido la importancia que tiene mi existencia,
la importancia que tiene tu existencia, la de todos,
la vitalidad de mi mano unida a otras manos,
de mi canto unido a otros cantos.

Porque he comprendido mi misión de ser creador,
de alfarera de mi tiempo que es el tiempo nuestro,
quiero irme a la calle y a los campos,
a las mansiones y a las chozas
a sacudir a los tibios y haraganes,
a los que reniegan de la vida y de los malos negocios,
a los que dejan de ver el sol para cuadrar balances,
a los incrédulos, a los desamparados, a los que han
perdido la esperanza,
a los que ríen y cantan y hablan con optimismo;
quiero traerlos a todos hacia la madrugada,
traerlos a ver la vida que pasa
con una hermosura dolorosa y desafiante,
la vida que nos espera detrás de cada atardecer
-último testimonio de un día que se va para siempre,
que sale del tiempo y que nunca volverá a repetirse-.
Quiero atraer a todos hacia el abrazo de una alegría que comienza,
de un Universo que espera que rompamos sus puertas
con la energía de nuestra marcha incontenible.

Quiero llevaros a recorrer los caminos
por donde avanza -inexorable- la Historia.

Porque los amo quiero llevarlos de frente a la nueva mañana,
mañana lavada de pesar que habremos construido todos.

Vámonos y que nadie se quede a la zaga,
que nadie perezoso, amedrentado, tibio, habite la faz de la tierra
para que este amor tenga la fuerza de los terremotos,
de los maremotos,
de los ciclones, de los huracanes
y todo lo que nos aprisione vuele convertido en desecho
mientras hombres y mujeres nuevos
van naciendo erguidos
luminosos
como volcanes…

Vámonos
Vámonos
Vámonoooos!!!


Y Dios me hizo Mujer.
-Gioconda Belli

Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.

jueves, 8 de octubre de 2009

La Amistad es un Tesoro, un gran tesoro


Sirácides 6, 14 - 17

Un amigo fiel es un refugio seguro: el que lo encuentra ha encontrado un tesoro.

Un amigo fiel no tiene precio, no hay manera de estimar su valor.

Un amigo fiel es un bálsamo de vida,que encuentran los que temen al Señor.

El que teme al Señor encamina bien su amistad, porque como es él, así también será su amigo.